30/3/11

Elias Khoury lee el poema de Mahmud Darwix “Sobre esta tierra”

Hoy, 30 de marzo, se celebra el Día de la Tierra Palestina. Sirva de homenaje este vídeo en el que el novelista libanés Elias Khoury lee “Sobre esta tierra”, uno de los poemas más emblemáticos de Darwix. Lo hizo en el programa “L’hora del lector”, de Canal 33, dirigido y presentado por Emili Manzano.

SOBRE ESTA TIERRA

Sobre esta tierra hay por qué vivir: los titubeos de abril, el olor del pan al amanecer, el amuleto que una mujer le da a un hombre, las obras de Esquilo, los comienzos del amor, la hierba sobre una piedra, madres en vilo por el hilo de una flauta, y el miedo de los invasores a los recuerdos.

Sobre esta tierra hay por qué vivir: los últimos días de septiembre, una mujer que sale de los cuarenta como melocotón maduro, la hora del sol en la cárcel, nubes que semejan un tropel de criaturas, los vítores de un pueblo a quienes encaran risueños la muerte, y el miedo de los tiranos a las canciones.

Sobre esta tierra hay por qué vivir: sobre esta tierra señora de la tierra, madre de los inicios y madre de los finales. Se llamaba Palestina. Se sigue llamando Palestina. Mi señora: yo tengo, porque tú eres mi señora, tengo por qué vivir.

Mahmud Darwix: Poesía escogida (1966-2005), Edición y traducción de Luz Gómez García, Valencia, Pre-Textos, 2008

20/3/11

La imposibilidad, por Gunnar Ekelöf

¿Qué te habías creído? ¿Que valías? ¡Ja!
¿Y qué vida me espera?
Ninguna.
¿Y qué existencia?
Ninguna existencia.
¡No entiendo!
Déjate de preguntas. Todos hemos de morir.
¡Menuda ayuda!
Poca cosa, ¿verdad?
¿Y qué, lo mando todo a paseo?
Viene a ser.
¿De veras?
Tranquilo, es una forma de hablar.
Ya, pero es duro.
Sí, es duro.

Versión de Jorge Gimeno a partir de Francisco J. Úriz y de Octavio Paz

11/3/11

Lo que queda de vida

Si me dijeran: Esta tarde será tu última tarde,
¿qué vas a hacer el tiempo que te queda?
―Miraré el reloj,
me beberé un zumo,
morderé una manzana
y me eternizaré mirando a una hormiga
que ha encontrado sustento...
Miraré de nuevo el reloj:
Me da tiempo a afeitarme
y a meterme en la bañera / Murmuraré:
«Para escribir, hay que estar presentable,
algo azul, por ejemplo...»
Me sentaré hasta mediodía, aún vivo:
las palabras carecen de color,
blanco, blanco, blanco...

Me haré la comida por última vez,
llenaré dos copas de vino,
no sea que venga alguien.
Echaré un sueño entre dos sueños
y me despertarán mis ronquidos...
Miraré de nuevo el reloj:
Me da tiempo a leer algo.
Leeré un poco de Dante y la mitad de una vieja casida,
y veré cómo la vida se va
con los demás, y no me preguntaré quién
va a llenar su vacío.
―¿Eso es?
―Eso es.
―¿Y luego?
―Me peinaré,
tiraré el poema, este poema,
a la papelera,
me pondré la camisa italiana más nueva
y me despediré de mí mismo
con violines de España.
Luego,
me iré andando
al cementerio.

Mahmud Darwix: La huella de la mariposa (Ázar al-faracha, Beirut, Riad El-Rayyes, 2008)

Traducción de Luz Gómez García